Sin duda, algo que no se le puede reprochar a Woody Allen es que tras muchos años de rodar una media de película por año siga manteniendo una mínima calidad en cada una de ellas, y más sabiendo que es un trabajo compaginado con escribir libros, tocar el clarinete en locales de jazz, etc. Desde que inició su carrera ha acumulado un total de veintiuna nominaciones al Oscar, la mayoría de ellas en el apartado de mejor guión original. No es moco de pavo.
Desde que rodara Match Point (2005) en Londres el neoyorkino decide cambiar de aires y se viene a Europa donde hasta el momento ya lleva seis films en el viejo continente, más uno pendiente para el próximo año en Roma, y tan solo una rodada en su Nueva York natal, Si La Cosa Funciona (2009). Y como decía antes, el resultado sigue siendo grato en cada una de ellas, aunque como es normal unas gustan más que otras.
Reconozco que cada año espero impaciente la nueva historia de Woody porque, aunque sé que me voy a encontrar en el guión con un escritor, lujosas cenas, copas de vino blanco y galerías de arte, siempre acaba resultando agradable ver en qué contexto se moverán ahora todos estos factores casi habituales en sus películas.
También tengo que reconocer que en cuanto a Woody mis gustos son algo raros. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que no me gustan las mismas películas que suelen gustar a sus fans más aférrimos, como es el caso Vicky Cristina Barcelona (2008), que a mí me encantó pero sin embargo no es de sus historias más apreciadas por la opinión general.
Esta vez la historia tanscurre en París, ciudad de la que el director se convierte en un extraordinario guía turístico y nos muestra las mejores imágenes de la capital francesa. He de reconocer que lo que se plantea en la peli está bien, me parece bastante original, pero no me acabó de enganchar. Seguramente la culpa es mía, porque el principal problema es que me sentí excluído en el cine. Sí, los diálogos de esta peli no me hacían gracia, no me sentí con el nivel intelectual necesario para ser digno de verla, y ante tal hecho creo que es lógico que una persona no se sienta a gusto.
Algo que también me echó para atrás es Owen Wilson. La verdad es que está bien verlo en una faceta que no sea "su" faceta, el típico idiota graciosín, pero lo siento, este actor está en mi lista negra, creo que haga lo que haga no me va a gustar. ¿No os pasa a vosotros que siempre hay actores y actrices que hagan lo que hagan los querríais matar? Es más, he de decir que si la película no fuese de quién es, no la habría visto sabiendo que este hombre es el prota.
Por lo demás, como ya he dicho, Allen tiene su estilo propio, un estilo fresco que me gusta, y a pesar de estos puntos negativos, siempre está bien ver algo entretenido en tiempos de crisis, también cinematográficamente hablando.
Puntuación: 6.5/10
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