De nuevo la corchera de narcóticos está vacía, pero no por mucho tiempo. La tercera temporada de The Wire retoma sus inicios para devolver el protagonismo a los causantes de la creación del nuevo departamento de la policía de Baltimore. Pillar con las manos en la masa a los Barksdale vuelve a ser el objetivo de McNulty y compañía.
Como ya pasó en la segunda parte de capítulos de esta genial serie, se sigue manteniendo la calidad de los hechos, las relaciones entre los personajes, aunque sí que es cierto que en esta ocasión se tarda un poco más en atacar el tema. Quizás los primeros seis o siete capítulos (de un total de 12) se podrían haber condensado un poco más, dejando más tiempo para la acción e intervenciones del final de temporada.
Puede que este hecho ocurra debido a la introducción de una trama política. Los inicios The Wire nos mostraban la mierda que se puede llegar a remover dentro de un departamento policial, pero os podéis imaginar cómo esta cantidad de confabulaciones, treguas y engaños no es nada comparada con la que se puede dar en política, sobre todo cuando estamos hablando de altos mandos como la alcaldía de una ciudad como Baltimore. Nadie se corta a la hora de falsear noticias, estadísticas, etc y esto es algo que también acaba salpicando a la venta de drogas y la gente que intenta erradicarla.
En resumen, la tercera temporada añade personajes e historias pero dando más de lo mismo, que ya está bastante bien, con posiblemente el mejor final de las tres.
Puntuación: 8/10
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