"¡Por aquí insensatos!", "¡Corred necios!"... ¿Por qué Gandalf, al menos en la versión doblada, tiene tanta manía a los enanos?, ¿por qué no consiguen ver al mago (tres veces más grande que ellos) cuando resulta que está tras una roca a sólo dos metros de distancia en medio de una inmensa llanura? y ¿por qué Thorin, el líder de estos, se centra más en ser un seductor (y un suicida) que en ser un héroe?
Estas y otras incógnitas recaen sobre posiblemente la película más decepcionante de 2012, aunque seguramente los que fueron a ver Prometheus no piensen lo mismo. El error de El Hobbit: Un Viaje Inesperado ha sido las expectativas creadas, y es que las tres entregas de El Señor De Los Anillos (2001-2003) que la precedieron son demasiado buenas comparadas con ella. Otro gran problema es un guion poco trabajado que parece no llegar a ningún sitio y ser un sinsentido en muchos aspectos.
Claro está que querer rodar tres películas de 3 horas cada una acerca de una novela que ronda las 300 páginas tiene sus riesgos. Peter Jackson ha decidido introducir elementos que se encuentran en otros libros y anexos de J.R.R. Tolkien pero que, al menos en esta primera entrega y apesar de su gran poder visual, no parecen encajar del todo con la esencia de la aventura de Bilbo y los enanos.
Tras ver la peli uno se plantea qué tal lo habría hecho Guillermo Del Toro, primer director involucrado en el proyecto. De todas formas, habrá que esperar para ver cómo resuelve Jackson el resto de la saga.
Puntuación: 6/10
El Hobbit: Un Viaje Inesperado en FilmAffinity
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