Hace poco tuve la suerte de poder ver esta obra de Tennesse Williams en el Teatro Español de Madrid con Vicky Peña, Roberto Álamo y Ariadna Gil entre otros. Cuando termina la representación estás cansado físicamente debido al alto nivel de tensión que emite la trama y que tú como público recibes.
Un Tranvía Llamado Deseo es seguramente una de las grandes obras representadas sobre las tablas y de obligada adaptación al cine. Ya por el año 1950 se dieron cuenta de esto, reunieron un gran grupo actoral y con poco más de un puñado de decorados trasladaron esta historia a la gran pantalla.
Elia Kazan dirigió estupendamente a este elenco donde una refinada mujer se ve obligada a ir a vivir con su hermana pequeña y su marido a un pequeño pueblo de Nueva Orleans, escenario que no le es para nada agradable, y con su actitud provoca una discusión tras otra con su violento cuñado.
La película consigue trasmitir esa tensión de la que hablaba. Todos los personajes están perfectamente definidos llevando a Marlon Brando a convertirse en un icono tras su carismática visión de Kowalski, y eso que fue el único del reparto que no se llevó Oscar. ¿Quién no ha visto nunca una imagen del rudo Stanley Kowalski en la piel del actor?
Estamos ante otro súper clásico de obligado visionado del que poco más se puede decir además de la palabra sobresaliente.
Puntuación: 9/10
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