Esperada tercera película del director gallego Rodrigo Cortés que, tras Concursante (2007) pero sobre todo el éxito de Buried (2010), vuelve a rodar fuera de nuestras fronteras con estrellas internacionales de la talla de Sigourney Weaver y Robert De Niro.
La agonía a la que sumió Cortés a Ryan Reynolds en Buried vuelve a repetirse pero esta vez en un escenario mucho más extenso y con los sucesos paranormales como principal tema argumental. Luces Rojas nos muestra la lucha que mantienen una doctora y su equipo por desenmascarar a todas esas personas que dicen ser especiales: videntes, magos o curanderos son el objetivo de la escéptica profesora que siempre se sale con la suya hasta que llega el momento de demostrar el fraude que propone Simon Silver, interpretado por De Niro, un afamado psíquico ciego que vuelve a la escena después de varios años.
El film empieza "a saco"; desde los primeros minutos de rodaje se expone la trama y se mantiene al público en tensión hasta el desenlace final. Durante las dos horas que dura Luces Rojas nuestra cabeza está trabajando a tope intentando averiguar antes que los protagonistas qué es lo que está ocurriendo en la pantalla, por qué se dan semejantes hechos fantasmales en un mundo que parece ser del todo normal.
Es de imaginar que hasta el final no vamos a conseguir saberlo, pero aquí es donde viene todo el problema de la película, en el final. Creo que el 90% de gente que haya visto el film estará de acuerdo conmigo en que los últimos diez minutos de metraje son determinantes para creerte o no todo lo que te han contado.
Muy a mi pesar a mí no me convenció. Una gran trama que me había mantenido agarrado a la butaca del cine durante más de hora y media se desplomó en tan sólo unos minutos.
No obstante no dejaría de recomendar Luces Rojas a los amantes del thriller, ya sea por lo menos para poder entrar en el debate.
Puntuación: 6.5/10
Luces Rojas en FilmAffinity
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