No es de extrañar que Michael Fassbender haya recogido premios y elogios por su papel en esta película, aunque para mi gusto podrían haber sido muchos más. Una nominación al Oscar por ejemplo, pero por todos es conocida la falsa moral americana y posiblemente el carácter sexual de su personaje haya causado demasiados rubores en la Academia.
El actor ha sido uno de los hombres del año con cinco películas estrenadas en 2011 y rindiendo a un gran nivel. En lo que respecta a la película dirigida por Steve McQueen el actor ha realizado su mejor y seguramente más difícil trabajo. Interpretar a un hombre de éxito profesional pero que está sumido en una fuerte obsesión por el sexo no debe haber sido ni fácil ni agradable.
Brandon es un irlandés que vive una doble vida en Nueva York ya que sufre una enfermedad obsesiva que cada vez le perturba más. Sus irrefrenables impulsos sexuales y la llegada de su hermana pequeña a la ciudad provocan en el protagonista cambios fuertes de personalidad que le hacen plantearse seriamente lo que le ocurre en los pocos momentos que su apetencia le deja para pensar.
La película está llena de situaciones incómodas y momentos que te dejan boquiabierto, con un ritmo lento pero firme Steve McQueen no se corta y lo que tiene que enseñar lo enseña siendo cada desnudo casi siempre justificado. Pero ojo, aun estando cada escena justificada no deja de hacernos pensar que estamos viendo una peli porno, aunque el mejor momento de la película trascurra en una mesa de restaurante cuando el sexo sólo está implícito y la incomodidad del personaje ante la rara situación para él es palpable.
¿Y en conclusión? Una película notable recomendada a curiosos y dos nombre a seguir: Steve McQueen y Michael Fassbender.
Puntuación: 7.5/10
Shame en FilmAffinity
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