Cualquier segunda temporada de una serie es la prueba de fuego que esta debe pasar para poder seguir emitiendo capítulos.
The Wire intenta mantener el nivel de exigencia y calidad en esta continuación introduciendo un nuevo caso que, vinculado o no al anterior, aporta caras nuevas y frescura a la trama. Para ello cuentan con incorporaciones de la talla de Amy Ryan, que resultan del todo acertadas.
Esta nueva parte empieza mostrando los cambios que han ocurrido en el supuesto periodo entre temporadas, unos cambios muy bien llevados a cabo y que se siguen perfectamente sin la necesidad de forzadas explicaciones, simplemente mostrándonos el día a día de cada uno de los personajes principales.
El nuevo caso que se introduce esta vez resulta un pelín menos atractivo que el anterior. Quizás cueste más quedarse enganchado que en la primera temporada, pero si nos olvidamos de comparaciones volvemos a hablar de una muy buena trama, donde se hila todo a la perfección y donde otra vez cada minuto e imagen mostrada está ahí por algo.
Los creadores de la serie han sabido dar los giros necesarios en los momentos adecuados para recuperar la atención del espectador si es que en algún momento podría darse una pérdida de ella, ya sea tirando de pasado o de presente, y se han preparado perfectamente para darnos un muy buen futuro.
Vemos una evolución en cada uno de los personajes y eso siempre es de agradecer. En fin, estoy deseoso de seguir comprobando ese paso por el tiempo de McNulty y compañía.
Puntuación: 8.5/10
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