Thomas McCarthy, director de esta cinta, se toma 4 años para rodar sus películas, y es una pena que deba pasar tanto tiempo. Cierto es que si necesita un largo periodo para acabar su nueva producción, pues esperaré. Vías Cruzadas (2003) y The Visitor (2007) son las anteriores joyas que pudimos ver de McCarthy, que se suele roderar de gente tan válida como Patricia Clarkson o Richard Jenkins, con nominación al Oscar incluida, para interpretar a sus personajes.
Esta vez no podía ser menos y ficha al indie de moda, Paul Giamatti, no menos creíble que los anteriores, demostrando que está a la altura de cualquier papel que se le proponga. Paul lleva el peso de la película junto a un gran grupo de secundarios haciendo que el ritmo de la historia no decaiga, aportando tanto momentos dramáticos como cómicos.
El personaje principal es un abogado en épocas bajas que ve cómo su ética y moral van desapareciendo ante estos problemas ecónomicos. El film nos muestra cómo hasta el más ejemplar de los seres humanos puede verse entre la espada y la pared ante una buena opción de mejorar su situación, aunque eso conlleve malas decisiones y peores resultados.
Quizás de las tres pelis de McCarthy esta sea la más floja, lo que no quiere decir que sea mala. De la bazofia que hay ahora mismo en la cartelera no dudaría ni un minuto en recomendarla si lo que quieres es desintoxicarte de robots, mutantes, piratas y magos.
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